El 4 y 5 de abril 2011, La Comisión del Medio Ambiente del Congreso de Aguascalientes, se reúne para abordar lo referente al Reglamento de la Ley de protección a los animales domestico y silvestres, se pretende garantizar un mejor trato, excluyendo de esta protección a los gallos de pelea y toros de lidia, ¡pues los aficionados a peleas y corridas, deben seguir contando con este tipo de entretenimiento…………!
Actualmente no jactamos de que estamos en la edad de la tecnología, de la conquista a otros planetas, las súper computadoras, el biocombustible y mas……….
Pero Hay aspectos moralmente vergonzosos en costumbres y tradiciones de la edad media que aún perviven en pueblos y ciudades de México, España, Colombia, Costa rica, Perú y muchos otros países. Son las fiestas donde el elemento de diversión central es el maltrato de animales. En muchos actos festivos se tortura y se da muerte a animales, como es el caso de los espectáculos taurinos (encierros, vaquilladas, corridas...), o se abusa y maltrata de forma irrespetuosa y cruel a burros, caballos, bueyes, peleas de perros, peleas de gallos, (palenques) etc. En otros degradantes espectáculos, como pueden ser las pruebas de arrastre, se somete a los animales a esfuerzos y situaciones límite que no tienen ningún significado natural para ellos y que inevitablemente les hacen sufrir.
En México el número de encierros con toros aumenta año tras año, las corridas llegan a ser consideradas como una actividad más, parte de atractivo cultural y económico que se impulsa. El sangriento ritual de estas violencias institucionalizadas en las fiestas locales que se ha extendido por muchos pueblos de México.
Los seres vivos que sufren las atrocidades humanas bajo el lado hedonista y festivo del "pasarlo bien".
Crueldad y decepción
Las corridas de toros son un espectáculo bochornoso en tres actos, de unos veinte minutos de duración, que escenifica la falsa superioridad y la fascinación enfermiza con la sangre y la carne de la que se alimentan, contra toda lógica ética y dietética, quienes creen tener un derecho divino a disponer a su antojo de la vida de otros seres sensibles, llegando incluso a justificar y trivializar la muerte del toro como arte y diversión; un comportamiento patológico que nace de una incapacidad para afrontar el dolor de las víctimas y una morbosidad irrefrenable ante la posibilidad de ser testigo directo de alguna cornada, o de la muerte del matador; un riesgo fortuito, infrecuente (un torero por cada 40.000 toros sacrificados), y sobre todo evitable que, sin embargo, incrementa el carácter macabro de la corrida.
Una caridad cruel e insolidaria
Igual que los carniceros y las guerras, las corridas de toros, las peleas de gallos y las peleas de perros tienen mala imagen, y no es fácil presentar la muerte como arte, o buenas tradiciones. Pero si el requisito para un festín es la matanza de un animal, y los tiros son los precursores de la libertad, quienes se lucran fomentando la diversión a costa de la vida animal.
por ejemplo apoyando obras de interés social; a través de una corrida de beneficencia, un acto aberrante e insolidario que, sin embargo, puede servir de reclamo al tranquilizar algunas conciencias, sobre todo si el baño de sangre beneficia supuestamente a un asilo de ancianos, las hermanitas de los pobres, una asociación que defiende a los discapacitados, o instituciones como la Asociación Contra el Cáncer o la Cruz Roja, que también entró a formar parte del negocio.
La destrucción de cualquier vida, supuestamente en beneficio de los demás, es éticamente inaceptable; donde se dice que hacer sufrir a los animales va contra la dignidad humana. Otro ejemplo pintoresco, impropio de una sociedad democrática y civilizada, que no guarda relación con una actitud solidaria y humanitaria hacia los discapacitados y los animales,
El gobierno de los estados y los h. ayuntamientos, patronatos y demás organizaciones de México, así como los de Muchas parte de mundo tratan desesperadamente de mantener e incentivar estos hechos crueles, en cada feria o fiestas anuales o cada cuando se les ocurra
Una siniestra farsa impuesta como fiesta nacional
Detrás de la barrera que les aísla de la sangre, los aficionados y curiosos, adictos a la muerte y al dolor ajeno, se jactan de alimentar un biocidio aberrante y estéril con la compra de abonos que les permiten ver hasta la saciedad un espectáculo nauseabundo en el que se torturan, uno tras otro, magníficos animales, condicionados desde su nacimiento.
Esperamos que como legisladores tengan el valor y representatividad que les hemos dado con nuestros votos para imponer un reglamento que respete la vida de los seres no humanos, que también sientes, tiene miedo y se aterrorizan ante la presencia de sus verdugos los cuales los lastimaran o quitaran la existencia, y todo por el deseo de complacer a conciencias con nada de sentimientos, o bien por el deseo desmedido del desarrollo económico pisando y manchando las nuevas conciencias.