El ruido se puede definir como cualquier sonido no deseado o aquel calificado como desagradable o molesto por quien lo percibe. De este modo, el ruido ambiental se compone de los diferentes ruidos que podemos encontrar en nuestras ciudades: vehículos, industrias, bocinas, gritos, música, etc; ruidos que pueden provocar efectos acumulativos adversos, como daño auditivo, estrés, pérdida de la concentración, interferencia con el sueño, entre otros.
La contaminación acústica se define como la interferencia que el ruido provoca en las actividades que realizamos. Para tratar de disminuir sus efectos negativos, es necesario regular las fuentes fijas (industrias, talleres, bares) y las fuentes móviles más ruidosas (autobuses urbanos y automóviles particulares) según reportes hay 1000.000.000 de automotores en el mundo hasta finales del 2010. Por otra parte es necesario regular, las actividades de construcción y los aeropuertos, que, por sus características, requieren de una normativa específica. La modernidad actual nos ha llevado a un problema bastante agudo y tú ¿que estás haciendo para cambiar tu entorno?