Ungió los ojos del ciego, por Walter Rane. |
Sintiendo compasión por un hombre ciego de nacimiento, el Salvador “escupió en tierra, e hizo lodo con la saliva, y untó con el lodo los ojos del ciego y le dijo: Ve, lávate en el estanque de Siloé… Entonces fue y se lavó; y cuando regresó, ya veía” ( Juan 9:6–7).