Tema Tránsito. Escribe: Arq. Marcela S. Amézquita. BICICáLidos.
“ A Conjugar”
Yo propongo la bici. Tú propones que me quite la grasa excedente del cuerpo. Él propone que no contaminemos tanto. ELLA propone una regadera para asearse al llegar al Colegio. Nosotros proponemos rodar juntos. Vosotros proponéis un Municipio Verde. Ellos… DECIDEN.
No podemos más, somos un ejército silencioso, con una herramienta pacífica. Nuestras bicis, un vehículo bien llamado ecológico que requiere su insoslayable dignidad, como hace dos siglos.
Se dice que el automóvil es el rey de los caminos, se continúan inaugurando más puentes. La velocidad representa progreso. Ya la nobleza ha hecho bien su parte y Pemex continúa otorgando franquicias aquí y allá “-…hasta que el Vino se acabe.-“como diría el maese Alberto Cortés.
El irreparable daño a nuestro Planeta, está alterando de manera irreversible las condiciones naturales de Vida del Ser Humano. Pero existe otro, casi un gemelo por fuera, pero distinta actitud por dentro: El Ser Urbano. Con mentalidad además de transformadora, trastornadora, con su contagioso aliciente: “Consumo, Luego Existo”.
Lo mismo gasta, destruye, altera, mata, engorda, enferma y continuamente está reproduciéndose, y también, “aunque el Vino se acabe”, nada más se sube a su Auto y va por más botellas. Al fin que es muy fácil comprar lo que sea, donde sea. Ya se ganó la valiosa categoría de estar “urbanizado”.
Pocos, pero muy pocos, no se han permitido que les pavimenten Su Mentalidad. Y entre esos pocos, están quienes respetan la acción de circular sin contaminar: Los Bicicálidos.
La todavía escala humana de Nuestra Ciudad, nos permite recorrer distancias Norte-Sur, este-Oeste utilizando La Bicicleta, nuestro vehículo de tracción humana, con ciertas precauciones pero con total accesibilidad.
El factor Seguridad, va de la mano con el valiosísimo Respeto. En Educación, nos falta bastante por RE-aprender, ya que en etapas anteriores de nuestra vida, se supone que se aprendieron, pero por flojera, por “valemadrismo”, queremos dejar ahí en el olvido, las cosas básicas del convivir decentemente, siempre con respeto hacia los demás.
Cuando manejamos vehículos y vamos por las calles, si voy a dar vuelta más adelante, me da flojera activar la direccional, ¡para qué!, si no hay otros carros, o a nadie veo; un ciclista, poco me importa, y si él no me ve, está ciego, él me debe respetar, yo traigo más fierro si se me quiere acercar.
La Educación se mama. Y aunque no hayamos tenido la fortuna de acudir a una escuela, de manera formal, los VALORES MORALES, que desde la casa materna, se nos inculca, esos valores, esas actitudes básicas de respeto, ya están adentro. Somos una generación, con buen kilometraje recorrido. Y Gracias a Dios, aún estamos completos y circulando por estas avenidas, de día y de noche, con sol y con lluvia.
Hoy día se habla de moda – retro. También existe un sinnúmero de nuevos paradigmas que están rompiendo con los supuestos establecidos décadas atrás. Conceptos como que el agua es inacabable, vistos desde la perspectiva de un hidrocálido, de hace treinta ó cuarenta años, ya no son posibles repetirlos.
Términos despectivos del otrora “pueblo bicicletero”, ya que la mayor fuerza de trabajo, emanaba precisamente de los Talleres de Ferrocarriles, y quién de ustedes, amables lectores, ha vivido la experiencia de circular entre sus instalaciones. Son hectáreas que imagino, aquéllos mecánicos, capataces, operadores, pero todos rieleros, tenían que recorrer en su cotidianidad. La bicicleta, después del caballo fue el mejor medio para llegar a donde tenían que estar.
Dos mil once, los tiempos son otros. No se trata de modas “retro”. Es nuestra realidad. La respuesta equilibrada que muchísimas urbes de primer mundo y de verdaderos climas extremos, están utilizando. El transitar por nuestras calles, el compartir los vehículos, los transportes colectivos, mover la masividad, es lo imperante. Lo que urge.
La era de las especializaciones, nos pide ya cumplir con esto y con aquello, un horario aquí y otro allá. Desde LeCorbusier, el gran arquitecto francés, ya trazaba en su Ciclo del Día, todas las actividades a las que nos enfrentamos diariamente, dentro de la red urbana. Y cada núcleo de toda actividad se conecta a las otras mediante una forma de transitar, formando una gran red, como la “www”.
Es por eso que verbos como comer, estudiar, trabajar, recrear, asear, descansar, comprar, proveer, requieren un sitio, y para llegar, es necesario transitar, y en orden. Reitero, con respeto, ya que todos tenemos (por obligación), y podemos (por convicción), CONViViR.
Existe una “rodada nocturna” que convocó el Grupo Bicicálidos, hace ya varios años. La respuesta ha sido contundente, por número, por cantidad, más no por calidad. Y nos hemos visto rebasados, en el sentido, de que mucha población joven, con deseos de formar parte de algo, viene y pedalea con nosotros, pero totalmente ignora los principios básicos que estos convivios de Paz, de compartir el espacio urbano, como es la calle, nos motivó como Asociación.
Un claxonazo a la distancia, es el detonador, o su pretexto para desatar la incivilidad. Es la mínima provocación para armar escándalo y contestar muy al estilo del vándalo, “buscapleito”, pero de forma anónima. Ese que avienta la piedra, y esconde la mano, ya que me camufleo en la colectividad del BiCiCÁLiDO.
Y son esos, los malos ejemplos que necesitamos re-educar, pero con el ejemplo positivo. Algunos están reacios a obedecer las instrucciones que se les da. Otros, se burlan porque somos de mayor edad y eso les simboliza “caducidad”. Recordemos que para muchos jóvenes, “la rodada” es su pretexto del desfogue. Gritar, burlarse, retar, casi ostentar: “-mira, yo brinco y hago lo que quiera sobre mi bici y tú no lo puedes hacer.-“ Debemos de cuidar eso y muchas cosas más, si nuestro objetivo es disfrutar nuestros trayectos. Poder saludar al que se detiene junto a nosotros. Una sencilla sonrisa bastará. ¡Hazlo al transitar!
editado y adaptado por educaambiental